INDIA
Rishikesh
Después de haber llegado a Rishikesh desde Delhi en tan sólo 7h, para recorrer 242km de carreteras...bueno, por llamarlo de alguna manera, destacamos la gran habilidad que hay que tener para conducir sin existir carriles, semáforos y donde el adelantamiento se hace por donde haga falta, eso sí, siempre pitando! Esta ciudad es conocida por el yoga, la meditación y la espiritualidad.
Después de pasar la primera noche, hacemos nuestra primera excursión. Esta ha sido a las cascadas de Rishikesh. La subida no ha sido complicada pero la humedad no ayuda, así que el agua ha sido nuestra fiel compañera. Albert ha podido disfrutar de un baño en las mismas, ya que las mujeres tenían que hacerlo vestidas y Judit ha decidido no hacerlo, eso sí, mientras tanto se entretenía haciéndose fotos con sus fans hindúes. A la vuelta hemos podido vivir una buena tormenta de la India, en la que hemos sido rescatados por una furgoneta que nos ha dejado al lado del hostal.

Al dia siguiente decidimos bajar al pueblo de Rishikesh, andando, cómo no, en el que pudimos ver multitud de peregrinos descalzos y atravesamos el río Ganges por su curioso puente.

Esa misma noche conocimos un grupo de 4 españolas, Julia, Milena, Florencia y Laura, a las cuales nos unimos en su taxi privado para abandonar Rishikesh y hacer un largo recorrido de apenas 12h, para llegar a la famosa ciudad de Agra, la cual alberga el Taj Mahal. Agradecerles el buen trato, risas y regateo varios durante estos dos Días! Ha sido un placer chicas!

Agra
Decidimos ser de los primeros en aparecer por el Taj Mahal, ya que a las 5h estábamos en la puerta de la recepción intentando no ser timados por el propietario del hotel.
Del Taj Mahal, sobran las palabras. Por ello es una de las 7 maravillas del mundo. Comentar que la entrada cuesta 1000 INR por persona.

Después decidimos seguir nuestro camino hacia Jaipur, capital del Rajashtan donde tenemos el placer de coger el primer bus local y el primer tuc-tuc.
Jaipur
Una vez en Jaipur, continuamos la pelea intensa del regateo para conseguir una habitación. Sin saber como acabamos en una tienda de joyas artesanas hablando con su propietario. Destacar la amabilidad de la gente de la calle y no tanto de los taxistas, hoteles y sus pequeños clanes.
Después de haber conseguido comprar los billetes de bus (sí, queríamos escaparnos de esta ciudad) coincidimos con un buen hombre que nos invitó a conocer a su familia. Allí pudimos comer con ellos, jugar y bailar con sus cinco pequeñajos/as, y sobretodo reír mucho, todo esto en 3m2. Que poco se necesita para ser feliz.
Jaisalmer
Después de 16 horas de autobús conseguimos llegar a Jaisalmer, la ciudad dorada. Aquí volvimos a encontrarnos con la paz. Destacar el colorido de este pueblo gracias a sus callejuelas llenas de frutas y telas.
Una vez adaptados, pasamos un día y una noche en el desierto junto con una alemana (katja), un portugués (Joao), una inglesa (Becki) y una pareja sevillana (Boli y Reyes). Sí, parece el comienzo de un chiste!!
Destacamos la incomodidad de los camellos, la amabilidad de los hindúes que nos acompañaron y nos prepararon la comida en el desierto y lo complicado que es dormir con una manta sobre las dunas.
Al día siguiente seguimos compartiendo momentos con este grupo, tanto en el pueblo como en el fuerte. Un placer equipo desierto.

A primera hora de la mañana abandonamos la preciosa y tranquila ciudad de Jaisalmer para adentranos de nuevo en las triquiñuelas e intentos de timo, con sus respectivos regateos, de la ciudad de Bikaner, parada obigatoria para poder llegar a Amristar, ciudad conocida por su Golden Temple.
Amristar
Una vez llegamos a Amistar a primerísima hora, lo primero que tuvimos que hacer fue evitar a un sinfín de tuc-tuc (mini vehículo por llamarlo de alguna manera) que trataban de llevarnos a su territorio, pero de nuevo supimos esquivarles. Después de buscar un sitio en el que dormir, acabamos encontrando el Golden Temple y sus habitaciones compartidas gratuitas. Destacar el aire acondicionado por primera vez presente en nuestro viaje (nunca habíamos amado tanto dicho aparato). Una vez alojados fuimos a ver el famoso Golden Temple.

Para poder acceder era necesario cubrirnos la cabeza y entrar descalzos, pasando por una zona de agua en la que se debían limpiar los pies. Destacar la impresión que da verlo por primera vez, tan brillante, rodeado de agua, lleno de devotos y de voluntarios que hacen posible que miles y miles de creyentes acudan a este lugar en busca de lo sagrado. Nada más llegar, también lo hizo la lluvia, y buscando cobijo aprendimos que este templo contiene 4 puertas, que dan entrada a 4 religiones: hindú, musulmana, cristiana y shikismo.
Esa misma tarde asistimos junto con un grupo de adolescentes hindúes, un alemán, un californiano y un taiwanes al famoso festival Wagah, que tiene lugar en la frontera con Pakistán. Para nada esperábamos lo que vimos. Se trataba de abrir las puertas de la frontera una vez al día mientras miles de seguidores de cada país apoyaban su bandera con gritos, bailes y música. Interesante acudir y verlo en primera mano.

Al dia siguiente, nos aventuramos a otras 12 horas teoricas, que en realidad han sido 25, de autocar para llegar a la montañosa Manali.
Manali
Una vez llegamos a la estación de autobuses, decidimos continuar con nuestra tradición de andar y dejar a un lado los tuc-tuc, llegando así hasta Old Manali. Para que lo entendáis, Manali tiene dos zonas, New Manali, la más comercial y abarrotada por turistas hindúes, y Old Manali, donde se encuentra la mayoría de turistas de otras partes del mundo y donde se puede apreciar la realidad de Manali: tranquilidad, naturaleza y el silencio del río que pasa a través de ella.
Nos alojamos en una pequeña guest house. Durante estos días hemos estado explorando las montañas que rodean Manali, uno de sus templos, el parque natural (cabe decir que es impresionante la vegetación que tiene y la abundancia de árboles de más de 30 metros de altura) y la zona más comercial. Aquí hemos hecho nuestro primer envío de regalos para la familia. Destacar que este proceso no ha sido fácil ni barato ni rápido ya que el paquete te lo cosen a medida y te lo sellan calentando cera como antiguamente.
Hemos decidido pasar aquí 4 noches por la tranquilidad y buena sensación que transmite, la agradable temperatura y los increíbles paisajes. Abandonamos este pequeño pueblo de 4.000 habitantes para volver a entrar a la locura de India, concretamente en Haridwar, una de las cuatro ciudades más sagradas de este país.
Haridwar
Después de sumar otras 16 horas a la lista de las interminables horas de bus, llegamos a Haridwar lloviendo a cántaros. Después de alojarnos, salimos a conocer la ciudad y encontramos un sinfín de callejuelas llenas de tiendas coloridas y relucientes. Paseando por la ribera del Ganges, nos topamos con una especie de chamán que nos quiso acompañar en una de las ceremonias más importantes que tiene cada día está ciudad: Har-ki-pairi (ceremonia del fuego). Este ritual consiste en ofrecerle al Gange una ofrenda de flores prendidas de fuego en memoria de los antepasados difuntos y atraer las buenas energías a los aún presentes mientras se recitan oraciones y canciones. Nosotros quisimos formar parte de la ofrenda y por ello dejamos una ofrenda encendida.
Queremos remarcar lo integrados que nos sentimos y la tranquilidad y el buen karma que nos transmitió el acto. India en estado puro.
Al día siguiente volvimos a las andadas en busca del autobús que nos llevará hasta Banbasa, pueblo fronterizo con Nepal, para poder cruzar la frontera, dejando atrás la India y encaminar nos hacía otro destino: Nepal.
Queremos hacer un resumen de lo que ha sido la India para nosotros estas tres semanas.
La India para nosotros...
La India es caos, esa es la mejor palabra con la que la podemos definir, pero es ese caos el que te atrae y hace que las horas se conviertan en minutos observando todo lo que en ella sucede: vacas, monos, ratas, murciélagos y elefantes por la calle, triplicar la capacidad de los vehículos, papeleras inexistentes, vertederos en cualquier lugar, olores inexplicables, peregrinos en lugares inhóspitos, miles y miles de pies descalzos entre calles sin asfaltar, niños/as que buscan una sonrisa y un saludo, miradas penetrantes a todas horas, regateos e intentos de timos infinitos, bocinas segundo tras segundo, picante, picante y más picante... en fin, THIS IS INDIA, hay que vivirlo para contarlo.
Días totales: 20.
Ruta: Delhi, Rishikesh, Agra, Jaipur, Jaisalmer, Bikaner, Amristar, Manali, Haridwar y Banbasa.
Km recorridos: 3.540 km
Horas de transporte: 113h
Recomendaciones: paciencia, paciencia y mucha paciencia.