CHILE

San Pedro de Atacama

Llegamos a San Pedro de Atacama después de un largo viaje desde Salta. Una vez allí, pudimos sentir de primera mano el calor asfixiante del desierto de Atacama. Alojados en uno de los sitios más caros de Chile, salimos a pasear por el bonito y turístico pueblo. El segundo día, con el sol radiante, caminamos libremente hasta llegar a las ruinas del Pukará, donde de lo alto del mirador pudimos apreciar el denominado Valle de Marte. Por la tarde esperamos a que nos saliera el autobús hasta la ciudad de Calama para desde allí enganchar un autobús nocturno dirección Caldera.

Caldera

Antes de llegar al pueblo costero de Caldera, el bus de Calama nos dejó en Copiapó. Una vez llegamos y nos alojamos en Caldera, salimos a pasear por su pequeña playa y su puerto, donde en este pudimos apreciar lobos marinos a un metro de nosotros (suerte de la valla que había de por medio). El segundo día, hicimos una larga excursión hasta la Bahía Inglesa, otro pueblo costero a unos kilómetros de Caldera. Pudimos ver playas de arena blanca y agua cristalina, pero la temporada hacía que la temperatura del agua no fuera muy agradable para pegarse un chapuzón. El tercer día lo pasamos tranquilos, ya que el tiempo no acompañó. Decidimos comprar pescado en el puerto y hacer un buen plato de pez de roca al horno!! El cuarto día por la mañana pusimos rumbo a La Serena.

La Serena

Después de un viaje ameno, llegamos a esta gran y agradable ciudad. Una vez alojados, fuimos a ver su famoso faro que se encuentra en una larga y ancha playa con un paseo que la gente utiliza para hacer bastante ejercicio. Paseamos hasta la llegada de la puesta de sol. El segundo día, aprovechando que era Domingo, fuimos a hacer una compra al mercado. Cuando se despejo el día, volvimos a aprovechar para salir de nuevo a la playa y dar un largo y tranquilo paseo acompañados de la brisa del mar. El tercer día nos quedamos por la ciudad y aprovechamos para ver su famoso mercado de la Recoleta, su plaza de Armas y sus otras calles coloniales. El cuarto día pusimos rumbo a un nuevo destino; Vicuña.

Vicuña

A una hora más o menos de La Serena encontramos un pequeño y agradable pueblo de montaña, en el cual se encuentra los cielos más despejados y claros del mundo. Toda esta zona es conocida como el Valle de Elqui. El primer día paseamos por el tranquilo pueblo, aprovechando su silencio. El segundo día decidimos hacer un gran paseo por los alrededores bajo un sol intenso, pero unos paisajes muy hermosos. Esa misma noche nos acercamos al atractivo principal de esta zona; el mirador de Mamalluca. Allí pudimos observar el cielo más estrellado de nuestras vidas, diferentes constelaciones e incluso Júpiter: ESPECTACULAR!! El tercer día cambiamos de pueblo, esta vez hacia Pisco Elqui que era aún más tranquilo que Vicuña. Allí paseamos por sus alrededores, visitando otros pequeños pueblos hasta llegar a Montegrande, lugar donde pidió que le dieran sepultura la famosa poeta chilena Gabriela Mistral. El cuarto día regresamos de nuevo a La Sirena, donde pasamos dos noches más.

El primer día fuimos hasta la ciudad pesquera de Coquimbo, donde el tiempo no nos acompañó pero donde compramos en su mercado del puerto un buen pescado para cocinarlo al horno. El segundo día volvimos a la querida ancha y larga playa de la ciudad para hacer kilómetros y kilómetros. A la mañana siguiente cogimos el último autobús de trayecto largo del viaje dirección a la capital; Santiago de Chile.

Santiago de Chile

Llegamos a medio día a esta grande y bonita ciudad. Cogimos el metro para llegar hasta una de las zonas más tranquilas, el barrio Italia, donde finalmente conseguimos un buen precio para alojarnos. Debido a que estuvimos horas paseando en busca del alojamiento, sólo pudimos hacer una rápida compra y pasear un poco por la ciudad, concretamente en Barrio Lastarria, donde pudimos apreciar que se trataba de una ciudad moderna y muy avanzada. El segundo día visitamos uno de los mayores atractivos de la ciudad; el Parque Metropolitano. Se trata del parque urbano más extenso de Latinoamérica y cuarto en el mundo. Madrugamos y pudimos ver la gran cantidad de gente que hace bicicleta y senderismo en Santiago (también coincidió que era un día festivo). Esa misma tarde nos acercamos al casco histórico de la ciudad donde se encuentra la famosa Plaza de Armas y los edificios más emblemáticos a nivel político y gubernamental.